jueves, 11 de diciembre de 2008

SIEMPRE...SIEMPRE NAVIDAD



Tiempo de amor, de alegría, de paz
tiempo de reconciliarse, del perdón,
no hay tiempo más bello,
que traiga a nuestros hogares
esa ternura que regala el Niño Dios,
que nos habla del verdadero Amor,
que no todo es el odio ni la guerra,
que por una noche al menos
podemos ser capaces de amar,
de olvidar las diferencias,
de darnos un abrazo,
y compartir la mesa con los amigos,
de sentirnos niños esperando su llegada,
de recordar que hay quienes están solos,
para invitarlos a compartir,
de no olvidar que en los hospitales,
en los asilos esperan nuestra visita
para llevarles una sonrisa, una caricia

Que no todo es ruido, música y alcohol,
ni fuegos artificiales, ni excesos
que no pertenecen a Dios;
La Navidad cristiana, la verdadera
es la del tiempo de la reflexión,
de acercarnos al Padre que nos dio a su Hijo,
de contemplar en el Nacimiento
a la Sagrada Familia de Nazareth
con su mensaje de Esperanza y de Fe
a la Estrella de Belén que nos guía el Camino
para reencontrar en el pesebre
a un humilde Niño que duerme entre paja y heno

Tiempo… tiempo de abrazarnos,
de brindar por un futuro mejor,
de agradecer a Dios por lo recibido,
Tiempo…tiempo que esperamos
para que el Niño Dios
se quede en nuestro corazón.




Reciban un abrazo muy cariñoso, en unión de sus queridas familias en estas fechas, que el Señor y la Sagrada Familia de Nazareth los bendiga y que siempre…siempre sea Navidad y un Feliz Año Nuevo 2009


martes, 30 de septiembre de 2008

BENDITOS DE MI PADRE



"...Entonces el Rey dirá a los de su derecha: "¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí." 37 Entonces los justos le responderán diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a ti?" 40 Y respondiendo el Rey les dirá: "De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis." Mateo 25:36

Cuando pienses en tu prójimo
piensa que es tu hermano, tu amigo,
tu padre, tu madre, tu hijo
tu compañero de trabajo, tu vecino,
y también aquel que cayó en desgracia,
aquel que tiene mala fama,
joven o viejo, rico o pobre,
hasta el más pecador será ese tu prójimo,
al que le guardas viejos rencores,
sobre todo ese es el más cercano;
porque en todos y en cada uno
así como en ti el Señor Jesús vive.

Cuando ayudes a un anciano a cruzar la calle,
cuando visites en la cárcel a tu amigo,
cuando le des agua a un peregrino,
cuando quieras abrir tu corazón a alguien,
cuando puedas perdonar lo imperdonable
cuando des a quien más lo necesita
recuerda que ese bien o se mal que haces,
también se lo harás a tu Señor
que en su Palabra nos guía
y nos lleva al encuentro del amor,
del perdón y la reconciliación.

En este valle de lágrimas,
en este mundo que nos toca vivir hoy,
cuánta sed de amor tenemos,
de dar más que recibir,
en este mundo que solo sabe de guerras,
de venganzas, de odios y de indiferencias,
de niños muriendo de hambre,
de niños abusados,
de madres abortando a sus hijos,
de jovenes que se quitan la vida,
de presos hacinados en sus cárceles,
de secuestrados y torturados,
de mujeres maltratadas,
de los que no tienen trabajo,
de mendigos que vagan por las noches
sin tener donde cobijarse,
de tanto dolor que transita por las calles;
ellos son el prójimo, los elegidos del Señor
para que tú lo ames en sus corazones,
sedientos de amor.

Si pudiéramos cambiar algo este mundo
si más amor y piedad hubiera por el prójimo,
que alegre estuviera el Señor,
se parecería más esta tierra al Paraíso,
tratando de erradicar el mal,
de ser más justos y piadosos
y no pensar tanto en nosotros,
de darle abrigo al que muere de frío,
de darle un plato de comida al desvalido,
de mirar de vez en cuando hacia nuestro lado
y saber que no estamos solos,
que hay un ser que tiene menos que nosotros,
así reconociendo que antes de ser servidos
somos servidores de los demás
seremos más benditos y más generosos
ante la mirada del Redentor.

viernes, 25 de enero de 2008

EL REBAÑO DEL SEÑOR



“… Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí , así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.” Jn 10,11-18

Es fácil juzgar, condenar, poner en el banquillo
a ese miserable, a ese rufián, a ese criminal,
a esos que son oprobio de la sociedad,
que tal vez ni conciencia tienen
que tal vez se merecen la pena de muerte,
nuestro desprecio, nuestro odio

Pero… que logramos al condenar?¿Nuestra alma estará en paz?
¿Podemos decir que somos mejores?
Juzgar se nos hace una tarea más fácil que perdonar,
quizá porque nos olvidamos que el Amor…
todo lo puede, todo lo soporta, todo lo perdona

Y que al fin todos somos el rebaño de Dios,
el mismo cielo quisiéramos ganar,
somos las ovejas del Buen Pastor;
muchos nos extraviamos por el camino,
no buscamos el bien sino el mal,
nos arrastran las aguas del río,
y nos lleva la corriente…
embarramos el corazón de maldad,
de falsedad, de egoísmo, lejos de Dios,
nos dejamos llevar por espejismos,
por las banalidades de este mundo,
y perdemos el regreso a casa;

Pero el Señor jamás, jamás nos olvida,
aunque estemos desviados, confundidos,
haciendo un desperdicio de nuestras vidas,
aunque nos apartemos de su Amor
con las dudas, las tribulaciones,
somos su rebaño amado
que desea volver a reunir junto a El,
solo nos pide creer, solo nos pide
ser mansos, humildes, sencillos,
dejar a un lado los malos sentimientos,
arrancar esa cizaña que crece en el corazón.

El Buen Pastor conoce a cada una de sus ovejas,
y aunque no seamos de su redil igual nos acepta,
algunos regresaremos, otro no…
dependerá de nosotros la salvación,
de regresar a los brazos de Dios,
o de seguir sumergidos en la perdición,
y así como El nos conoce
debemos también saber reconocer su Voz,
que con su misericordia nos perdona,
nos exhorta a no tener miedo a creer,
con su Palabra nos junta en el Camino
que Os Améis unos a otros como yo os he amado”.

MILAGRO


“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid lo que queráis y lo conseguiréis. Juan 15,7”


Es difícil creer en milagros para el incrédulo
porque quiere creer en lo que alcance a ver,
porque necesita pruebas intangibles,
tal vez pasa porque el mundo
vive muy alejado de Dios
y de a poco nos hemos olvidado
que la Fe consiste precisamente
en creer lo que no podemos ver,
sino entonces cual es el significado,
el motivo, el valor de la fe?
Un milagro es una prueba que el Señor
nos da de su existencia, de su grandeza,
es la prueba más grande para que nuestra fe
se fortalezca, se renueve,
despeje en nuestro corazón toda duda
Pedid dice el Señor y se os dará…
porque para Dios no hay imposibles
solo quiere oír de tus labios,
que le pidas con fe y humildad
esa necesidad y esa carencia que tienes,
esa angustia que vives, o ese mal incurable,
o ese vacío espiritual que nada llena
pero sin oraciones es imposible
que Dios atienda el llamado
la oración constante, confiada
sabiendo que el Señor está del otro lado
Porque El vive muy dentro de tu corazón
esperando por ti, sufriendo por ti,
pidiendo el milagro que esperas se te dé,
el que te cuesta tanto creer que existe,
sabiendo que el Padre nos escucha,
que no desistirá a nuestros ruegos,
podríamos ser como el ciego, como el leproso,
como la mujer que tocó su Manto,c
omo todos aquellos que oyeron
la Misericordia de labios del Señor
al decirles “Vete, tu fe te ha salvado”
Todo lo que tú le pidas con fe se te dará,
porque el Señor es bueno, es compasivo
y su misericordia es infinita,
porque El Señor sonríe dentro de tu alma
esperando que acercándote a su presencia le hables
con palabras sencillas y sinceras
le cuentes eso que te inquieta, que te atormenta
Solo basta tener fe porque Dios nunca se niega,
nunca se oculta si tú le llamas,
nunca te rechaza si tú lo buscas,y rezándole
Como El nos enseñó a orar
pidiendo con constancia, sin perder la calma,
no exigiendo sino suplicando,
no gritando sino murmurando,
hasta el Cielo llegará tu plegaria.
Creyendo que a nuestro lado permanece
Dios siempre se hará presente,
te hará saber que no te olvida
y agradeciendole también cada día
por su bondad, por su Amor,
reconociéndonos como hijos suyos,
aceptando siempre su Santa Voluntad
alcanzaremos así sus bendiciones
y el milagro de su misericordia.