lunes, 8 de octubre de 2007

LA PUERTA ANGOSTA


"... Pues los que ahora son los últimos
serán los primeros y los primeros
serán los últimos..." Lc. 13,22-30


Así como te veo ahora
que solo te interesa disfrutar el momento,
viviendo cada minuto como si fuera el último,
con tu juventud entregada nada más que al placer,
haciendo un culto de tu cuerpo y de tus vicios,
cobrándole a la vida más de lo que te debe,
encerrado en tu egoísmo y en tus intereses,
cubriéndote de gloria y poder,
dándote los mejores gustos,
¡qué lejos estás de encontrar el Cielo
el que puedes hallar en la tierra
y el que te espera eternamente.

No soy más que tú, ni pienso serlo,
sé que soy mucho menos,
pero al verte sucumbir ante tus pasiones,
ante tu materialismo,
derrochando esos años preciosos que no vuelven,
ignorando a ese Cristo que murió por tus pecados,
que nos abrió el Camino de la felicidad perpetua,
que nos ama y perdona siempre como a sus hijos,
que nos dejó su Palabra, Agua de manantial vivo,
que nunca te abandona, aunque tú ni Lo recuerdes,

Perdóname, no puedo menos que advertirte,
no te molestes...
Que llegará el día de tu hora como a todos nos llega,
de presentar factura, de rendir cuentas,
y verás sorprendido que el Cielo prometido
tiene una puerta estrecha, por donde solo entrarán
los que ante Dios se hacen pequeños

Te crees ahora el primero, ojalá no seas el último,
no seas tan soberbio, tan cínico y necio,
ahora te burlas, pero esa hora llegará inevitablemente
puede ser cuando envejezcas, sino te sorprende antes

Hazte mi hermano querido el propósito de cambiar,
porque la puerta es angosta y será difícil pasar,
solo es cuestión de revisar la conciencia,
de saber reflexionar,
aún es tiempo, date otra oportunidad.

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